Android contraataca de nuevo para frenar el reinado de Apple en el mercado de los smartphones. Hace apenas unas semanas, el sector bullía de expectación ante las novedades del imperio del ya fallecido Steve Jobs. El resultado resultó sin embargo agridulce y se vivieron momentos de euforia y decepción al descubrir que el tan esperado iPhone5 no llegaría y en su lugar se presentaba una nueva versión del iPhone4 que solo ha satisfecho totalmente a los incondicionales de Apple.
Esta semana le llegaba el turno a Android, su principal competidor en tan suculento mercado. Samsumg y Google presentaron el pasado miércoles la última versión del sistema operativo, denominado Ice-Cream Sandwich, y el terminal Samsung Galaxy Nexus, el primero que contará con la nueva versión. El interés era máximo después de que ambas compañías anunciaran “novedades importantes” y retrasaran la presentación de las mismas una semana, generando una cascada de rumores y especulaciones cumplidas sin embargo en su mayoría.
La nueva versión del sistema operativo, numerada como 4.0, llega justo después de que Apple moviera ficha con el lanzamiento del iOS 5 y se sentara a esperar la respuesta. El contraataque no ha sido ese “algo asombroso” con el que se anunciaba, aunque sí incorpora una serie de novedades y mejoras y, sobre todo, perfila al fin una línea única de desarrollo del software utilizado en las tablets y los smartphones para atraer a más desarrolladores de aplicaciones para Android, en desventaja numérica frente a Apple y un poco disperso con la bifurcación que supuso la salida de Honeycomb (Android 3.0).
La nueva actualización del robot verde de Mountain View integra la aceleración por hardware -pasa de servirse de la CPU para dibujar la interfaz gráfica a hacerlo a través de la GPU- lo que aumenta la rapidez, la respuesta y la experiencia de usuario. Otra de las novedades es la posibilidad de deshabilitar cualquier aplicación que no se desee en el terminal, incluso aplicaciones del sistema, ofreciendo así respuesta a las quejas por los bloatware devorarecursos (el conjunto de aplicaciones que los fabricantes de teléfonos o las operadoras de telefonía instalan antes de su venta). Incorpora además un barómetro enfocado a ayudar al GPS a obtener una señal de satélite, así como una aplicación para el intercambio de contenidos entre dispositivos que funciona tan solo acercando dos terminales. Una utilidad que se suma a la lectura de etiquetas o el pago de compras a través del móvil gracias a Google Wallet ya existentes.
Pánico tecnológico
El primer terminal en integrar el sistema operativo, el Samsung Galaxy Nexus, está diseñado para ejercer de contrincante directo del codiciado iPhone. Con pantalla de alta definición y procesador de doble núcleo de 1,2 GHz, incorpora funcionalidades como el reconocimiento facial del sistema para desbloquear el teléfono en lugar del uso de contraseña o una potente mejora de la cámara de fotos, así como un completo rediseño de la interfaz. El terminal, que será comercializado a nivel mundial en noviembre, ofrecerá además una versión con el nuevo estándar LTE, un sistema de conexión a internet móvil de alta velocidad.
Se trata de unas mejoras muy atractivas de cara a la navegación del usuario y la experiencia móvil, en un intento de abandonar la imagen de plataforma desordenada en busca de una estética más homogénea que genere una respuesta emocional similar a la que el iPhone obtiene en los usuarios, su gran asignatura pendiente.
Y es que la usabilidad y la experiencia del usuario es un factor crucial en el futuro de Android en el mercado móvil, más aún tras las ácidas declaraciones de Steve Ballmer, CEO de Microsoft, en las que calificaba a los teléfonos de Android de aburridos y complicados y criticaba que había que ser poco menos que un “científico informático” para poder usarlos. Una característica, la complejidad, que puede echar atrás a millones de usuarios dominados por el pánico tecnológico que puede generar en el usuario medio un terminal difícil de utilizar.
